viernes, 12 de diciembre de 2014

Miradas confusas (I)

Apenas son las 9 de la noche y ya siento que las pocas cervezas me he tomado me van surgiendo efecto. Llevamos un rato largo en la misma mesa de un bar sin movernos, solo para ir al baño o a pedir la siguiente ronda.  Introduzco la mano en mi bolso para sacar el tabaco, y mientras me lio un cigarro, observo que el bar cada vez está mas lleno de gente.

-          ¿Alguien me acompaña?

Dos de mis amigas se levantan, cojo mi chaqueta y escurriéndome entre la multitud llego hasta la puerta.
-          -  Como se ha llenado esto en un momento, ¿no?
-         -  Si, la verdad que igual va siendo hora de cenar, a mi me ha entrado hambre con tanta cerveza

Aunque sea pronto, se sienten las ganas de fiesta entre la gente de alrededor. Mientras, fumo mi cigarro helada de frio, pensando en cuando lo dejaré, aunque no haga ningún esfuerzo por ello. “la verdad que hoy no tengo cuerpo de fiesta” pienso mientras me evado de la conversación de mis amigas.

Apenas me quedan un par de caladas, cuando cruzo la mirada fugazmente con alguien que me hace vibrar. Hombre o mujer, da igual, airosa como todos los sábados hoy también me la vuelvo a cruzar, con sus firmes pisadas.

Doy la última calada y cuando procedíamos a entrar de nuevo, vemos al resto del grupo que está saliendo. Ya han decidido donde cenar, por lo que nos unimos a su marcha. La noche ha quedado cerrada, fría y lluviosa, aún así, se nota que el mes acaba de empezar y con la luna llena, también ha salido la gente cual hombres lobo en busca de nuevas experiencias.

“Yo quiero un bocadillo de jamón con setas”  el camarero toma nota y se acerca a otra mesa de la que le han llamado. El comedor está repleto de gente y hay un barullo increíble. En una de las mesas veo que está ella, radiante con los pómulos rojizos.

Paso la mitad de la cena mirándola, y noto una conexión increíble entre las dos, como si nuestras vaginas estuvieran hablando entre ellas. Una conversación húmeda que quiere ser llenada de palabras. Al fin me decido “voy al baño un momento chicas, ahora vuelvo”, paso por alado de su mesa, apenas la rozo y noto su olor, y como si se tratara de una hoja caída de un árbol en otoño, le dejo mi número de teléfono apuntado en una servilleta.

“brrr brrr”  suena el wathsap. Es ya la una de la mañana… ¿Quién me escribirá a estas horas? 

"Mi vulva quiere acabar la conversación que empezó antes con la tuya. ¿Quedamos dentro de 20 minutos en el bar que hace esquina?"

Sí, es ella...me bebo lo que me queda de cerveza de un sólo trago...no sé que hacer...muero de ganas de rozarme contra su piel, de oler sus flujos...pero a la vez siento un miedo terrible

Dejo el botellín en la barra "chicas me encuentro muy cansada, me fumo un cigarro y me voy a ir a casa ¿Vale?"

lunes, 1 de diciembre de 2014

...amor?

Llegué a quererte como me habían enseñado, un amor romántico, en el que te llegué a querer más que a mi vida, que a mi propia vida.

Amor de alcohol y rosas, de besos agridulces, caricias robadas y miradas esquivas. 

Amor de carnavales, amor de estaciones, amor de hospitales.

Amor a gritos, amor silenciado, amor cicatrizado.

Amor compartido, amor dividido, amor dolorido.

Amor mentiroso, amor regalado, amor forzado.   


Gran error el que cometí, ahora entiendo que el amor, si duele, no es amor, que los besos no deben sentirse cual mordiscos, que las caricias no deben escocer como si fueran latigazos. Me he liberado, y sí, se nos rompió el amor…de MAL usarlo.