Apenas son las 9 de la
noche y ya siento que las pocas cervezas me he tomado me van surgiendo efecto.
Llevamos un rato largo en la misma mesa de un bar sin movernos, solo para ir al
baño o a pedir la siguiente ronda. Introduzco la mano en mi bolso para sacar el
tabaco, y mientras me lio un cigarro, observo que el bar cada vez está mas
lleno de gente.
-
¿Alguien
me acompaña?
Dos de mis amigas se
levantan, cojo mi chaqueta y escurriéndome entre la multitud llego hasta la
puerta.
- - Como se ha llenado esto en un momento, ¿no?
- - Si, la verdad que igual va siendo hora
de cenar, a mi me ha entrado hambre con tanta cerveza
Aunque sea pronto, se
sienten las ganas de fiesta entre la gente de alrededor. Mientras, fumo mi
cigarro helada de frio, pensando en cuando lo dejaré, aunque no haga ningún
esfuerzo por ello. “la verdad que hoy no
tengo cuerpo de fiesta” pienso mientras me evado de la conversación de mis
amigas.
Apenas me quedan un par
de caladas, cuando cruzo la mirada fugazmente con alguien que me hace vibrar.
Hombre o mujer, da igual, airosa como todos los sábados hoy también me la
vuelvo a cruzar, con sus firmes pisadas.
Doy la última calada y
cuando procedíamos a entrar de nuevo, vemos al resto del grupo que está
saliendo. Ya han decidido donde cenar, por lo que nos unimos a su marcha. La
noche ha quedado cerrada, fría y lluviosa, aún así, se nota que el mes acaba de
empezar y con la luna llena, también ha salido la gente cual hombres lobo en
busca de nuevas experiencias.
“Yo
quiero un bocadillo de jamón con setas” el camarero toma nota y se acerca a otra mesa
de la que le han llamado. El comedor está repleto de gente y hay un barullo
increíble. En una de las mesas veo que está ella, radiante con los pómulos
rojizos.
Paso la mitad de la
cena mirándola, y noto una conexión increíble entre las dos, como si nuestras
vaginas estuvieran hablando entre ellas. Una conversación húmeda que quiere ser
llenada de palabras. Al fin me decido “voy
al baño un momento chicas, ahora vuelvo”, paso por alado de su mesa, apenas
la rozo y noto su olor, y como si se tratara de una hoja caída de un árbol en
otoño, le dejo mi número de teléfono apuntado en una servilleta.
“brrr
brrr” suena el
wathsap. Es ya la una de la mañana… ¿Quién me escribirá a estas horas?
"Mi vulva quiere acabar la conversación que empezó antes con la tuya. ¿Quedamos dentro de 20 minutos en el bar que hace esquina?"
Sí, es ella...me bebo lo que me queda de cerveza de un sólo trago...no sé que hacer...muero de ganas de rozarme contra su piel, de oler sus flujos...pero a la vez siento un miedo terrible
Dejo el botellín en la barra "chicas me encuentro muy cansada, me fumo un cigarro y me voy a ir a casa ¿Vale?"
"Mi vulva quiere acabar la conversación que empezó antes con la tuya. ¿Quedamos dentro de 20 minutos en el bar que hace esquina?"
Sí, es ella...me bebo lo que me queda de cerveza de un sólo trago...no sé que hacer...muero de ganas de rozarme contra su piel, de oler sus flujos...pero a la vez siento un miedo terrible
Dejo el botellín en la barra "chicas me encuentro muy cansada, me fumo un cigarro y me voy a ir a casa ¿Vale?"